Montreal es la mayor ciudad de la provincia de Quebec y la segunda ciudad más poblada de Canadá. También es la ciudad de habla francesa más importante del continente americano. Montreal es conocida por ser un icono cultural y artístico de Canadá, donde lo moderno se mezcla con lo antiguo. Es importante conocer alguno de sus museos, como el museo de Bellas Artes, el museo McCord o el museo de Arqueología.
A diferencia de otras ciudades norteamericanas, el centro de la ciudad de Montreal se mantiene vivo después del final de la jornada laboral, la mayor parte de la vida de la ciudad se encuentra alrededor de la Rue Ste. Catherine, zona comercial durante la mañana y zona de restaurantes por la noche. Montreal posee una oferta turística envidiable, por eso es uno de los destinos más populares de Canadá:
La zona del Vieux Montreal y el Puerto Antiguo es una bella parte histórica, con calles estrechas y edificios con fachadas de piedra gris que recuerdan a algunas ciudades francesas. Situada junto al río St. Laurent, representa la parte más tradicional de la ciudad, fue uno de los barrios coloniales donde el legado francés está más acentuado. Paseando por el barrio se puede disfrutar de la arquitectura barroca y neogótica de la ciudad, es donde está la Basílica de Notre Dame, así como la Rue Saint Paul, donde se encuentran muy buenos restaurantes y centros comerciales.
El barrio que más expone el encanto de Montreal es Plateau Mont Royal, donde se pueden observar casas tradicionales con escaleras de hierro retorcido, avenidas con gran variedad de locales y cafés decorados de formas peculiares. Se le considera una de las zonas más divertidas, modernas y pintorescas; recorrer sus calles observando los murales y las obras del arte callejero es una actividad imprescindible para experimentar el ambiente de sus coloridas y vibrantes calles.
En esta ciudad canadiense se pueden encontrar bastantes iglesias, y es que la mayoría de los habitantes de Montreal se declararon cristianos y seguidores del catolicismo en el pasado. Por eso realizar un recorrido por los hermosos templos religiosos que, además son símbolos de la ciudad, es importante para el turista: la Capilla de Notre Dame de Bon Secours, es la primera que se construyó, data del siglo XVI y tiene una arquitectura barroca; la Iglesia de Notre Dame es una de las más grandes de América. Otra importante es la Catedral de Cristo, iglesia anglicana que fue construida y levantada desde sus cimientos en el aire para su construcción.
RESO o Montreal Subterráneo es la ciudad subterránea que se convirtió en un atractivo turístico por la propuesta urbana que significó durante su construcción. Cuenta con corredores subterráneos de 30 kilómetros que dan acceso a los edificios principales de la ciudad para proteger a aquellos que tuvieran que salir a la calle para hacer compras durante los fríos inviernos.
Village es el barrio gay más grande de América del Norte. Es donde se celebra la PrideParade o el Orgullo y cuenta con una de las zonas más importantes de moda, bares, cabarets y demás espacios de ocio de la ciudad. Para tener una vista panorámica de la ciudad lo mejor es subir hasta lo alto de la colina del Mount Royal. Esta colina es un parque y en su parte más alta cuenta con una plaza y un gran mirador desde donde se ven las mejores vistas de la ciudad.
Finalmente, otros puntos de interés de Montreal son las islas de Sainte Helene y Notre Dame, que conforman el Parque Jean Drapeau. Aquí se encuentran los restos de la Exposición Mundial de 1967, el circuito de Fórmula 1 y el área del Estadio Olímpico. El estadio posee la estructura inclinada más alta del mundo, con 165 metros y un ángulo de 45 grados.
Montreal y su provincia Quebec tienen la fama de tener la mejor gastronomía del país. Las tres comidas más típicas: la poutine, un plato a base de patatas fritas, a las que se añade una salsa de carne y queso suave en pedazos; el pastrami, que es carne ahumada; y los bagels, una especie de pan con la cubierta exterior ligeramente crujiente. También es común encontrar buenos creps, de la cultura francesa o sándwiches. En la vida cultural y de ocio del viaje, hay que ir, al menos una vez, a algún espectáculo, si no es un festival de jazz tiene que ser el Cirque du Soleil, lo mejor de las artes escénicas.