Como escenario de los acontecimientos más trascendentales de la historia sagrada como se describen en los escritos sagrados cristianos, la tierra de Israel se distinguen por su rica tradición cristina. Un gran número de lugares fueron santificados en la memoria histórica y religiosa, y más tarde usándolos como lugares sagrados de peregrinación.
Mas allá de los hechos, la comunidad cristina, los personajes y lugares santos, fue la comunidad cristiana local la que preservó la continuidad y la memoria de 200 años de cristianismo. Las numerosas confesiones cristiana, tanto repetitivos del cristianismo en Oriente medio, hacen de la iglesia de Jerusalén un museo antropológico, teológico y litúrgico.
Esta variedad transforma la Tierra Santa en una obra impresionante de distintos tipos de experiencias religiosas. Por ejemplo, la iglesia del santo Sepulcro en Jerusalén seis cultos alaban al señor bajo un mismo techo, y lo hacen al mismo tiempo vean latín, griego, armenio, copto, siríaco y en el lenguaje de la Etiopía antigua.
La biblia cuenta que en Jerusalén se celebra una procesión para conmemorar ¨ la entrada triunfal de Jesús¨ en la ciudad: rememorando cuando fue recibido con palmas y ramos de olivo. Desde el Monte de los Olivos hasta la zona antigua de la ciudad, la comitiva comienza por la tarde en la Iglesia de Betfogé, continúa por Getsemani y concluye en el casco histórico.
