El aislamiento y la inexistencia del turismo de masas ha facilitado que Nyanmar, sea un destino dónde se pueda conocer las tradiciones birmanas de una forma auténtica, navegar por el Lago Inle y descubrir sus más de 200 aldeas flotantes, donde la gente vive de la pesca y de la agricultura utilizando técnicas y herramientas ancestrales resulta tan peculiar que solo ese espectáculo merece la pena disfrutarlo.