Cuando el placer se reserva a los dioses
Para los aztecas, el chocolate era el alimento reservado a las divinidades, una fuente de sabiduría espiritual que con los siglos derivó toda una tentación para los mortales. Y no crean que no entiende de clases, los gourmet del chocolate tienen muy claro que puede ser un placer muy caro.
No descubrimos nada si les contamos que ya hace muchos años que el chocolate se coló en nuestras casas en muchos casos para ocupar un lugar preferente en la despensa. Para muchos es más que un alimento o tentempié, deriva en un placer que a veces es difícil de controlar. Un deseo con tintes de ansiedad que lleva a algunos a pagar precios exorbitantes para degustar los mejores chocolates del mundo.
Fritz Knipschildt. Es la última tendencia para los gustos más extravagantes, La Madeline au Truffe es el chocolate más caro del mundo. Una trufa de chocolate negro y con trufa negra francesa en el interior. Se hace con un 70 por ciento de cacao de Valhorona, mezclado con un cremoso ganache (chocolate negro) que se corta en trozos pequeños y se cubre con crema de leche hirviente y aceite de trufa. Esta famosa trufa que se está abriendo mercado en el Oriente más sibarita, se hace a mano bajo petición previa. Algo menos del medio kilo cuesta unos 2.600 dólares.
NoKa. El chocolate manufacturado NoKa Vintage Collection mezcla un 75 por ciento del cacao de las mejores cosechas de Venezuela y Costa de Marfil con mantequilla de cacao y azúcar. El medio kilo ronda los 850 dólares.
Delafee Internacional. Esta empresa chocolatera suiza, dio una vuelta de tuerca a su gran trayectoria incorporando nada más y nada menos que el oro. Pequeñas piezas de oro comestible de 24 kilates que se incrustan en chocolate hecho con el mejor cacao de Ecuador, Venezuela o Ghana. El medio kilo supera los 500 dólares.
Otras marcas especializadas en los paladares más selectos son Richart o Godiva, firma belga que en su colección G Collection usa sabores tan dispares como la miel de Tasmania o el chocolate picante de México.
En despieces:
El origen del chocolate
Cuentan que esta fue la bebida que el emperador azteca Montezuma ofreció a Hernán Cortés cuando éste pisó México en 1519 y fue tomado por la reencarnación del dios Quetzalgatl. A partir de ahí se inicia la polémica sobre cómo entró el chocolate en Europa. Algunos apuntan a que fue Colón en su cuarto viaje a la India el que lo introdujo en España, otros insisten en que fue el propio Cortés durante el reinado de Carlos V pero hay una versión que parece plausible y nos habla de un monje del Císter que viajaba con la expedición de Cortés y que envió cacao al abad del Monasterio de la Piedra, en Zaragoza, junto con las indicaciones de cómo prepararlo.
Variedades del cacao
-El criollo o nativo: es el cacao genuino, bautizado así por los españoles al llegar a México. Se cultiva principalmente en América: Venezuela, Perú, Colombia, México, Honduras… Es un cacao reconocido por su gran calidad, de escaso contenido tanino, aunque representa como mucho el 10 por ciento de la producción mundial. Muchos expertos coinciden en señalar al criollo de Venezuela como el mejor del mundo.
-El forastero: es originario de la alta Amazonía pero es África su principal productor, con Costa de Marfil y Ghana como principales productores mundiales. Se trata de un cacao normal, con el tanino más elevado pero es el más cultivado.
-Los híbridos: destaca el trinitario, un crucero entre el criollo y forastero.